El ser humano pasa la mayor parte del tiempo evadiéndose, su
vida es una continua montaña rusa; pasa del estado absoluto de afrontar la
realidad a huir de ésta a los sueños. El escritor Richard Bach escribió en Juan Salvador Gaviota, “Juan Gaviota
pasó el resto de sus días solo, pero voló mucho más allá de los lejanos
acantilados. Su único pesar no era la soledad, sino que las otras gaviotas se
negasen a creer en la gloria que les esperaba al volar, que se negasen a abrir
los ojos y a ver”. Aunque la realidad sea difícil de aceptar, hay que saber
abrir los ojos.
En el siglo XIX nació en Rusia esta inclinación por la
realidad, por mostrar los sucesos que estaban tomando lugar en ese inmenso
país, apareció el realismo socialista.
Los
Sirgadores (1873), de Ilyá Repin

Entre ellos destacan en especial los que a continuación voy a
presentar:
Iván
Kramskói (1837-1887), líder del grupo durante sus dos primeras
décadas.
Retraro de Mina Moiseyev (1882)
Cristo en el desierto (1872)
Valentín Serov (1865-1911), uno
de los mejores retratistas de su era.
The Woman
Vladímir Makovsky (1846-1920), retratista de escenas y grupos.
Not Guilty (1882)
Prisionero (1882)
Isaak Levitán (1860-1900),
magnífico paisajista que expresó en sus pinturas la belleza de la región del
Volga
Evening Bells
At the Summer House on Twilight (1895)
Konstantín
Savitsky (1844-1905)
Monk Inok (1897)
Suspicious People (1882)
Vasily Perov (1834-1882)
A Drowned Woman
Abram Arkhipov (1862-1930)

Paying a Visit (1915)
Untitled
Girl with Pitcher (1927)
Víktor Vasnetsov (1848-1926) A pesar de haber sido
miembro del grupo, se le considera uno de los cofundadores del folclorismo ruso
y de la pintura nacionalista romántica.
Knight
at the Crossroads (1882)
Préférence (1879)
Para concluir el listado de los destacados, mencionaré a quien es sin lugar a duda mi favorito y el que más ha influido en muchos artistas posteriores.
Ilyá Repin (1844-1930). Gran dibujante y pintor con un domino de la técnica y de la expresión exquisito. Es uno de los grandes maestros de la pintura y a pesar del poco reconocimiento que generalmente obtiene, todo aquel que se sumerge en el mundo de sus pinceles no puede negar su genialidad y que grandes pintores han bebido más tarde de la fuente de su creatividad.
Sadko en el Reino Subacuático (1876)
A Shy Peasant (1877)
Moonlight (1896)
Pero ¿qué debe de tener un cuadro realista para conseguir representar la realidad de tal modo que el espectador lo viva? Imagínate un cuadro capaz de agitar el alma de todo aquel que se postre ante él. Un cuadro que impacte tanto que una persona (con una ligera demencia) sea capaz de apuñalarlo con una barra de metal, pero no sólo alguien con una demencia, sino que durante el paso del tiempo los zares, los fascistas, nacionalistas rusos... hayan intentado destruirlo. Pues ese cuadro existe, deja de imaginarlo y obsérvalo.

Iván el Terrible y su Hijo (1885), de Ilyá Repin
La
expresión es tan asombrosa que precisamente esa fue la parte dañada.
El
realismo es apasionante, es un lenguaje universal que absolutamente todo el
mundo habla y conoce. Si no conocíais este grupo de artistas y sus creaciones espero que haya sido de vuestro agrado y os invito, queridos lectores, a escoger vuestro preferido
y disfrutar de todos los detalles del realismo socialista ruso. También os
invito a que, si alguno es estudiante de artes o sencillamente un apasionado,
comparta este movimiento con sus amigos o profesora para que estos rebeldes no
caigan en el olvido y solo queden en el recuerdo de aquellos que vamos más allá
de lo que enseñan los libros.
Desconocía este movimiento, muchas gracias. Espero que nos mostréis más artistas tan grandes como estos, hay mucho descocimiento, por mi parte al menos, y es una pena que no podamos disfrutar de lo que no conocemos. Gracias. Mi favorito, coincido, Repin!!
ResponderEliminarqué grande el de Iván el Terrible!!
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