Han Solo y la decadencia de
Star Wars.
Star Wars.
Han Solo: Una historia de Star Wars es la nueva película de la saga galáctica, dirigida por el veterano Ron Howard, autor de obras como Apolo 13 o El Grinch, y escrita de nuevo por Lawrence Kasdan, guionista en la trilogía original con el quinto y sexto episodio, haciendo uso de los personajes originales de George Lucas. El film, situado después de la trilogía de precuelas y unos años antes de la primera aparición del personaje en Mos Eisley, narra la historia de un joven cazarecompensas, esta vez interpretado por Alden Ehrenreich. Desde sus inicios en las calles de la Corellia imperial, hasta ver como se convierte en el personaje al que un día dio vida Harrisond Ford.

Tras su estreno en el festival de Cannes, donde entro fuera de concurso, ha sido generalizada la especulación sobre el posible fracaso del segundo Spin-off. En un ambiente dominado por la ultima película de Marvel, Vengadores: Infinty War, y la secuela de Deadpool llamada también a romper records, el pronostico original situaba a Solo con una abertura de alrededor de 112 millones de dólares, no obstante, a penas ha conseguido superar los 80. Si bien algunos se justifican en el inusual estado de la cartelera, lo que si está claro, es que o bien por esto último o por la breve y vaga campaña de marketing las especulaciones estaban en lo cierto.
Al poco de empezar la aventura nos damos cuenta del tono que llevará la película, de nuevo nos encontramos con una space opera con aires de superioridad que trata de seguir el modelo del camino de héroe con más o menos éxito. Destaca en la dirección de fotografía y, reutilizando unas partituras de Williams compuestas en primera instancia para trilogía original, también en la música, pese a tener una de las más pobres producciones de sonido que hemos visto en la saga.
La ya nombrada cinematografía, cuasi impecable, acompaña a un Alden Ehrenreich, que pese a su notable carrera de la mano de grandes cineastas y su talento nato ante la cámara, resulta igualmente molesto en su interpretación. Se encuentra frío, distante e incapaz de tomar el testigo de Ford con una actuación muy por debajo de su propio listón.
Tampoco se escatima en el diseño de producción, sin embargo y como ya habíamos visto hace menos de un año en The Last Jedi, Disney parece tener demasiada prisa para estrenar una nueva cinta, consiguiendo a cambio unos efectos visuales hechos in extremis que provocan un estupor en el espectador, incapaz de meterse en una historia cada vez más inverosímil. Muy por debajo del gran trabajo llevado a cabo en Rogue One.
Pese a todo, el mayor problema de la película y como ya ocurría en la cinta de Ryan Johnson, es el guión. Una dirección por encima de las expectativas quedará eclipsada por un guión simple, sin ideas y que trata, sin ningún éxito, de repetir una y otra vez viejas glorias, mitificadas, y por lo tanto inalcanzables en cualquier caso. El guión es lo más importante, tanto personajes como narrativa, por muy buena que sea la intención del director, se verán condicionados con lo escrito previamente y el equipo de guionistas demuestra una vez más una decadencia absoluta incapaces de lograr algo meramente aceptable.
En conclusión, comete exactamente los mismo errores que The Last Jedi, con el agravante de no ser parte de la trilogía principal, acentuando su fracaso todavía más. La sobredosis de blockbusters es importante y las decisiones que se tomen ahora serán ad eternum. Hay un número limitado de veces que puedes presentar lo mismo y pretender obtener los mismos resultados. Solo es un punto de inflexión para Star Wars y el futuro no es menos negro. Todo el peso de la saga recae ahora sobre el episodio IX, que podrá revivirla o acabar de hundirla en el más profundo y oscuro páramo del Mainstream.


Tras su estreno en el festival de Cannes, donde entro fuera de concurso, ha sido generalizada la especulación sobre el posible fracaso del segundo Spin-off. En un ambiente dominado por la ultima película de Marvel, Vengadores: Infinty War, y la secuela de Deadpool llamada también a romper records, el pronostico original situaba a Solo con una abertura de alrededor de 112 millones de dólares, no obstante, a penas ha conseguido superar los 80. Si bien algunos se justifican en el inusual estado de la cartelera, lo que si está claro, es que o bien por esto último o por la breve y vaga campaña de marketing las especulaciones estaban en lo cierto.
Al poco de empezar la aventura nos damos cuenta del tono que llevará la película, de nuevo nos encontramos con una space opera con aires de superioridad que trata de seguir el modelo del camino de héroe con más o menos éxito. Destaca en la dirección de fotografía y, reutilizando unas partituras de Williams compuestas en primera instancia para trilogía original, también en la música, pese a tener una de las más pobres producciones de sonido que hemos visto en la saga.

Tampoco se escatima en el diseño de producción, sin embargo y como ya habíamos visto hace menos de un año en The Last Jedi, Disney parece tener demasiada prisa para estrenar una nueva cinta, consiguiendo a cambio unos efectos visuales hechos in extremis que provocan un estupor en el espectador, incapaz de meterse en una historia cada vez más inverosímil. Muy por debajo del gran trabajo llevado a cabo en Rogue One.
Pese a todo, el mayor problema de la película y como ya ocurría en la cinta de Ryan Johnson, es el guión. Una dirección por encima de las expectativas quedará eclipsada por un guión simple, sin ideas y que trata, sin ningún éxito, de repetir una y otra vez viejas glorias, mitificadas, y por lo tanto inalcanzables en cualquier caso. El guión es lo más importante, tanto personajes como narrativa, por muy buena que sea la intención del director, se verán condicionados con lo escrito previamente y el equipo de guionistas demuestra una vez más una decadencia absoluta incapaces de lograr algo meramente aceptable.
En conclusión, comete exactamente los mismo errores que The Last Jedi, con el agravante de no ser parte de la trilogía principal, acentuando su fracaso todavía más. La sobredosis de blockbusters es importante y las decisiones que se tomen ahora serán ad eternum. Hay un número limitado de veces que puedes presentar lo mismo y pretender obtener los mismos resultados. Solo es un punto de inflexión para Star Wars y el futuro no es menos negro. Todo el peso de la saga recae ahora sobre el episodio IX, que podrá revivirla o acabar de hundirla en el más profundo y oscuro páramo del Mainstream.

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